Aspectos a revisar cuando un inquilino deja el piso de alquiler

¿El contrato de alquiler está llegando a su fin? Si ninguna de las partes decide renovarlo, se dará por terminado y los inquilinos deberán desalojar la vivienda. Pero no sin antes revisar algunos aspectos imprescindibles.

Finalización del contrato de alquiler

Para evitar la activación de la prórroga tácita, ambas partes deben respetar los plazos de preaviso:

• El propietario debe notificar con cuatro meses de anticipación antes de la finalización del contrato.
• El inquilino debe comunicar su intención con treinta días de antelación a la fecha de conclusión.

Solo de esta manera, conforme lo establecido en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), el día de finalización del acuerdo podrá realizarse la inspección del estado del inmueble para proceder con la devolución de la fianza y la entrega de las llaves.

Qué revisar cuando un inquilino deja el piso de alquiler

• ¿El inmueble está en el mismo estado en el que se entregó?

Uno de los primeros aspectos a verificar es si la propiedad se encuentra en el mismo estado que en el momento de la entrega.

Según la Ley de Arrendamientos Urbanos se establece que: “el inquilino debe devolver el inmueble en las mismas condiciones en las que estaba cuando el propietario lo entregó, permitiéndose solo las pequeñas reparaciones necesarias debido al desgaste por el uso habitual de la vivienda”.

Si el inquilino decide realizar modificaciones, debe obtener previo consentimiento por escrito por parte del propietario. A menos de que se acuerde lo contrario, al abandonar el inmueble, deberá dejarlo en el mismo estado en que lo recibió.

• ¿Hay algún desperfecto en los elementos estructurales?

Las puertas, ventanas, grifos, paredes y suelos también deben mantenerse en buen estado. Al tratarse de elementos estructurales, pueden presentar un riesgo para la seguridad y habitabilidad de la propiedad y sus ocupantes.

En el caso de que los daños sean resultado del deterioro natural con el paso del tiempo, la responsabilidad de reparaciones recae en el propietario. La fianza y, en algunos casos, una garantía adicional, están destinadas a cubrir estos costes.

Eso sí, siempre y cuando el inquilino informe en el momento de su ocurrencia y no espere hasta el final del contrato.

• ¿Sigue habiendo el mismo mobiliario y en las mismas condiciones?

Otro de los puntos a evaluar es si el mobiliario permanece en las mismas condiciones y si ha experimentado un desgaste típico debido a su uso diario.

Si se alquila un piso amueblado y este sufre daños o roturas, existe la posibilidad de deducir el coste de reparación o reemplazo de los muebles de la fianza del alquiler.

• ¿Funcionan bien los electrodomésticos?

Lo mismo ocurre con los electrodomésticos que se proporcionan en la vivienda: al finalizar el contrato, es necesario verificar si funcionan adecuadamente o si, por lo contrario, han sufrido daños o averías.

• ¿Se han dejado los inquilinos algún objeto personal?

Libros, prendas de vestir, fotografías o juguetes son algunos de los objetos que los inquilinos podrían olvidarse en la vivienda. Lo más recomendable es coordinar la devolución de estos artículos en caso de que deseen recuperarlos.

Si no, es aconsejable formalizar por escrito su renuncia, indicando que pasan a ser del propietario.

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