Conoce qué reparaciones corren a cargo del inquilino y cuáles del propietario en un inmueble en alquiler

Alquilar una propiedad a menudo genera inquietudes tanto para los propietarios como para los arrendatarios, especialmente ante la aparición de inconvenientes que requieren alguna reparación.

Dado que la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) no establece un criterio para diferenciar entre las reparaciones mayores – que deben ser asumidas por el propietario – y los arreglos menores – responsabilidad del inquilino – desde KM2 Servicios Inmobiliarios compartimos la guía definitiva para entender esta distinción.

Las reparaciones en un inmueble en alquiler

El propietario de la vivienda tiene la responsabilidad de llevar a cabo los arreglos esenciales para asegurar que el espacio sea completamente habitable. Esto incluye corregir los daños estructurales o problemas surgidos por el uso y el tiempo. ¿Cómo cuáles?

1. Instalar una nueva caldera.
2. Actualizar los sistemas de climatización.
3. Mantener en óptimas condiciones la red eléctrica.
4. Garantizar el correcto funcionamiento de la fontanería.
5. Reparar deterioros en suelos, techos y paredes, incluso grietas o desprendimientos.
6. Efectuar las obras necesarias para el mantenimiento y conservación de la propiedad.

En cambio, el inquilino tiene la obligación de retornar la propiedad en las mismas condiciones en que fue recibida. Antes de devolver las llaves, debe completar las siguientes acciones:

1. Aplicar una nueva capa de pintura al interior.
2. Rellenar los huecos en paredes utilizados para la decoración.
3. Sustituir focos quemados, instalar nuevos grifos o arreglar electrodomésticos dañados.
4. Reparar las puertas, manchas de pintura o mal funcionamientos en los electrodomésticos por mal uso.

Situaciones en las que no queda claro quién debe hacerse cargo de la reparación

En ocasiones, puede surgir incertidumbre entre el propietario y el inquilino sobre quién debe asumir los arreglos necesarios. Nuestra recomendación inicial es el diálogo: es fundamental que ambas partes conversen para consensuar quién se hará cargo de los daños en cuestión.

Ahora bien, si la discrepancia persiste, el arrendatario debe notificar al arrendador sobre la urgencia de realizar los arreglos mediante un método de comunicación oficial como el burofax. Este verifica tanto el aviso como su fecha de emisión.

Frente a la negativa del propietario de atender los desperfectos que son de su responsabilidad, el inquilino cuenta con estas tres opciones:

1. Intentar terminar el contrato de alquiler a través de un consenso mutuo o por vías legales.
2. Promover una demanda judicial contra el propietario para forzar el cumplimiento de sus obligaciones.
3. Realizar los arreglos de manera independiente y posteriormente solicitar al arrendador el reembolso de los gastos incurridos. Eso sí, esta alternativa es factible si se comunica de antemano al propietario y cuando los trabajos sean esenciales para evitar perjuicios mayores o serias molestias.

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